
Ella sabía cuándo
me gustaba, y pese a que la finca no era de personas con mucho dinero se
esmeraba en consentirme con ese delicioso bocado que aún hoy tan feliz me hace.
A nadie le
gustaba tener que rayar la yuca o el queso, pero a mí me gustaba ayudarle.
Abuela siempre me advertía que no quería torta con dedo, así que debía tener
cuidado de no herirme con el rallador. Siempre me golpeaba con el rallador pero
no decía nada.
Mientras
los trozos blancos de yuca caían dentro del tazón que se usaba para la masa de
las tortillas, mi abuela calentaba en la vieja cocina de leña el comal con
manteca de chancho, de los mismos chanchos de la finca, una manteca especial
como ninguna.
Con el
queso y la yuca rayados abuela me mandaba a alcanzarle el azúcar, y formaba
aquella masa dulce y salada. Con sus manos formaba las tortitas y las ponía una
a una en el comal.
Si eran
muchas tortas tardábamos hasta 30 minutos cocinándolas todas. Doraditas y
calientes las ponía sobre una servilleta para escurrirles el aceite. Luego las
comíamos con aguadulce o café.
Es una de
las comidas que más recuerdo de ella, le pedía a mi mamá de pequeño que las
hicieran pero nunca supieron como las de abuela.
Ingredientes
½ de Kilo
de Yuca
½ de Kilo
de Queso para Derretir
1 Taza de
Azúcar o Sustituto
1 Huevo
1 Pizca de
Sal
Preparación
·
Raye
la Yuca pelada en el lado grueso del rallador.
·
Raye
el Queso de la misma manera.
·
Mezcle
en un recipiente hondo y añádale una taza de azúcar.
·
Mezcle
bien e incorpore el huevo con una pizca de sal.
·
Pre caliente
el sartén a fuego medio y añádale un chorrito de aceite.
·
Forme
bolitas con la masa y aplaste levemente para que sean tortas de 5cm de grosor.
·
Fríalas
durante 3 minutos por cada lado.
·
Sírvalas
Calientes o Frías con Arroz Blanco o para acompañarlas con Café.
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